Pasión (4)

"Esa ráfaga, el tango, esa diablura..." *

Las piernas se enlazan, las miradas se funden, los cuerpos se amalgaman en un firulete y se dejan encantar. Da la impresión que el tango es un gran abrazo mágico del que es difícil salir. Porque hay algo provocador en él, algo sensual y al mismo tiempo tremendamente emotivo. El tango es un lenguaje donde conviven tragedia, melancolía, ironía, amor, celos, recuerdos, el barrio querido, la madre, penas y alegrías, olores de burdeles y pendencieros.

Aún hoy el tango conserva ese algo de prohibido, que hace de él un querer descubrirlo siempre un poco más y ese algo de misterio que nos recuerda lo que fuimos o quizás lo que hubiésemos querido ser.

El tango transgrede y en ello reside su atracción. En esa sensación de libertad que aviva toda clase de emociones.

El tango conquista sencillamente porque al escucharlo o verlo bailar dan ganas de calzarce un par de zapatos de tango y dejarse llevar. . .

* extraído del poema El Tango de Jorge Luis Borges.